¿Qué es el coaching jurídico?
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¿Qué es el coaching jurídico?

El coaching jurídico es una herramienta de desarrollo profesional, dirigida a las personas del sector legal, para ayudarles en la optimización de su rendimiento y la dirección de su carrera profesional.

 

El coaching jurídico está destinado a profesionales y se orienta en el presente y en el futuro, a diferencia de la terapia y de otras disciplinas como el mentoring.

 

 

¿Cuáles son los temas que puede abordar el coaching jurídico?

 

-Aumentar el impacto y la visibilidad dentro del despacho

 

-Reorientar la carrera profesional

 

-Desarrollar herramientas para la gestión del tiempo y la conciliación entre la vida profesional y la vida personal.

 

-Mejorar la gestión de equipos, en aras a crear un equipo de alto rendimiento, aumentando su eficiencia y su productividad.

 

-Desbloquear situaciones de falta de motivación profesional, o falta de dirección sobre el siguiente paso en la carrera profesional.

 

La relación entre el coachee (persona que recibe el coaching) y el coach (persona que facilita el coaching) está basada en la confianza y no en la jerarquía. El coach no aconseja, dirige o da respuestas al coachee, sino que a través de preguntas y reflexiones ayuda le a cuestionarse sus propios planteamientos, y le acompaña en la definición de los pasos a seguir.

 

Las sesiones suelen realizarse una o dos veces al mes y el proceso de coaching puede tener una duración entre 3 o 6 meses, dependiendo de la complejidad del asunto a tratar.

 

El proceso de coaching es personal y único, lo cual implica tener presente las particularidades de cada caso a seguir y, sobre todo, adaptarlo a las necesidades de cada coachee, por cuanto cada persona es diferente, por tanto, no hay dos procesos iguales.

 

¿Cómo seleccionar al coach adecuado? En este sentido, es importante buscar a una persona especializada y con amplia experiencia sobre la materia. Existen muchos tipos de coach y la experiencia de cada uno es diversa.

 

Asimismo, será necesaria una entrevista previa, sin coste alguno, para poder evaluar las necesidades del coachee, y sobre todo comprobar si existe un buen entendimiento entre el coach y coachee. En caso en que no se dé este entendimiento, o que surja alguna duda sobre si es la persona adecuada, es mejor buscar a otra persona que se adapte mejor a nuestras necesidades y no iniciar el proceso de coaching.

 

Además, será necesario tener mucha claridad respecto a cuál es la necesidad y las motivaciones para iniciar un proceso de coaching. El coaching no está destinado a todas las personas, ya que únicamente tendrá plena efectividad si se realiza de una forma voluntaria, y teniendo plena consciencia que va a requerir trabajar en profundidad, sobre los aspectos en los que se desea un cambio y, por tanto, implementarlos en el día a día.

 

El coaching requiere flexibilidad y apertura para ampliar la perspectiva y dejar atrás actuaciones que resultan obsoletas. Además de valentía para poder ver aquello que no funciona, encontrar el porqué y tener disposición para el cambio.

 

El coaching ayuda a los profesionales del sector legal a desarrollar las competencias de gestión del cambio y de liderazgo, competencias muy necesarias para el sector legal. Según un estudio del 2020 de Wolters Kluwer sobre el futuro del abogad@ y el cambio en el sector legal el 74% de los abogad@s deseaba mejorar su liderazgo y el 73% deseaba incrementar su eficacia y eficiencia.

 

En consecuencia, el coaching puede contribuir a construir los cambios que el sector legal necesita en estos momentos. No siempre es fácil, salir de la zona de confort para afrontar nuevos retos y desarrollar nuevas competencias. No obstante, la incorporación de una persona objetiva e independiente como el coach, puede resultar un soplo de aire fresco, para impulsar a la persona a desarrollar nuevas competencias, y, con ello, mejorar su rendimiento, satisfacción e innovación, adaptándola a las nuevas necesidades del momento.

 

 

Berta Santos